Fue hace solo 10 años que el mundo se horrorizaba ante el fallecimiento de mujeres y hombres del modelaje que llevaban sus cuerpos al límite para cumplir los estándares imposibles de belleza y peso que imponian los diseñadores más famosos para sus desfiles. Hoy, ellos representan el principio de una revolución que nos ha llevado a rechazar cada vez con más fuerza los cánones de belleza dictados por unos pocos. La sociedad no está conformada solo por cierto tipo de personas; como dicen, la variedad es la sal de la vida.
Y la inclusión ha ido creciendo en todos los ámbitos. Para personas que pertenecían a la comunidad LGBTQ+ solía ser difícil, sino imposible, entrar en el mercado laboral siendo auténticos y visibilizando su género escogido, su sexualidad o cualquier rasgo no normalizado por la sociedad. Pero su representación tanto por famosos como por políticos y deportistas ha ido abriendo puertas, hasta permitirles ser parte de la sociedad, hasta el punto de perder relevancia y ser, cada vez más, una expresión de individualidad que no modifica nuestra percepción del talento, capacidad o personalidad de la persona.
Así también, en los últimos años, varias mujeres con síndrome de down destacaron en las pasarelas de la alta costura, con Madeline Stuart, Ellie Goldstein y la puertorriqueña Sofía Jirau encabezando la lista. Y no olvidemos a la maestra argentina Noelia Garella, la terapeuta ocupacional Blanca San Segundo o el malagueño Pablo Pineda, junto con otros cientos de hombres y mujeres que demostraron a la sociedad que la capacidad de una persona no está medida por sus limitaciones.
Y aunque algunas personas coinciden que la edad es una de las cosas que nos restringen de vivir una vida plena, otros nos demuestran que la vida no acaba a los 70 años. Es maravilloso ver a los famosos envejeciendo con estilo y sin miedo a la edad, pero es aún mejor empezar a verlos como una parte activa de la sociedad, recordándonos que el pasar de los años no es tan terrible como nos hicieron creer. En los últimos años hemos oído de personas de 80 viajando como mochileras por el mundo, subiendo el Monte Everest, creando nuevos emprendimientos o colaborando en importantes proyectos.