En los últimos meses, muchos de los factores que impulsaron la inflación a su nivel más alto en cuatro décadas han empezado a desvanecerse, y los compradores encontraron mayores descuentos en Internet y en los centros comerciales durante la temporada navideña, mientras los minoristas trataban de liquidar el exceso de existencias.
Los precios de consumo bajaron un 0,1% en diciembre respecto al mes anterior. Sin embargo, para muchos estadounidenses, el precio de sus productos favoritos no se ha movido.
Para demostrar lo elevados que se han vuelto nuestros gastos cotidianos, la creadora de contenidos Amy Way to Save, de Kentucky, compartió un video en el que comparaba los cheques de sus compras típicas en 2020, 2022 y principios de 2023.
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Esta mujer comparó los precios de los alimentos a finales de 2020 y principios de 2022
Fuente: amywaytosave
«Hacia finales de 2020, fui a Walmart y compré todas estas cosas por $10.09»
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«Compré una semana de comidas para una persona»
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«A principios de 2022 se hablaba mucho de inflación en el supermercado»
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«Así que volví y compré todas las mismas cosas, y me costaron alrededor de un 10% más»
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Luego volvió a por los mismos artículos a principios de 2023.
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«Esta semana, volví otra vez y compré esos mismos artículos»
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«Ahora cuestan 15,10 dólares, lo que supone un 50% más que los precios de finales de 2020»
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Los estadounidenses lo perciben. Un pesimismo creciente es una de las principales conclusiones de la cuarta edición semestral de la Encuesta American Opportunity Survey (AOS) de McKinsey (encuesta sobre las Oportunidades en América), que explora en profundidad las percepciones del país sobre el estado actual y futuro de la economía estadounidense.
La gente informó de lo que parecen ser dos enfoques: algunos están gastando más y otros están recortando gastos, con variaciones según las categorías de gasto. Los estadounidenses han aumentado el gasto en productos esenciales como alimentos, servicios públicos, transporte, vivienda y sanidad, pero al mismo tiempo muchos otros están recortando en muchas de las mismas categorías.
¿Qué determina el enfoque? La respuesta es la renta. Los que tienen menos han recortado los gastos discrecionales y, en algunos casos, los esenciales. De los que ganan menos de 50.000 dólares al año, el 23% afirma haber reducido su presupuesto de alimentación. Por el contrario, sólo el 12% de los que ganan más de 100.000 dólares anuales han recortado gastos.
Es posible que el entorno de tipos de interés al alza y la mayor dependencia de la financiación mediante deuda no hagan sino aumentar las dificultades financieras de los hogares estadounidenses en 2023.
Fuente: amywaytosave
El video de Amy ha sido visto 3 millones de veces y ya tiene más de 350.000 likes
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El futuro próximo tampoco promete mucho. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se prevé que todos los precios de los alimentos aumenten un 7,1%, que los de las tiendas de comestibles suban un 8,0% y que los de los restaurantes lideren la subida, con un 8,2%.
En cuanto a los productos individuales, se prevé que aumenten los precios de los huevos (27,3%), otras carnes (12,8%), productos lácteos (8%), grasas y aceites (16,5%), frutas y verduras procesadas (9,6%), azúcar y dulces (10,6%), cereales y productos de panadería (12,0%), bebidas no alcohólicas (8,7%) y otros alimentos (6,8%).
Sin embargo, se prevé que los precios de la carne de vacuno disminuyan un 1,8% en 2023, los de la carne de cerdo bajen un 3,0% y las frutas frescas se abaraten un 1,7%.
La gente piensa que es dolorosamente preciso
