Parecer más joven ¿es una bendición o una maldición?
Algunos dirán que tener “cara de bebé” tiene sus ventajas. Por ejemplo, pueden conseguir un par de descuentos aquí y allá. Además, pueden seguir teniendo ciertos comportamientos juveniles durante más tiempo que la mayoría.
Aunque probablemente estén cansados de que la gente les diga “¿En serio?” cada vez que escuchan sus edades y de todos los chistes internos que sus amigos están dispuestos a hacer en cualquier ocasión, parecer más joven también incluye risas.
Esta usuaria de internet acudió a una de las comunidades de Reddit para saber qué comentarios, dignos de una mención, han recibido las mujeres con rasgos de persona joven, al preguntar: “Mujeres que parecen más jóvenes de lo que son, ¿cuál fue el comentario más gracioso/extraño/inolvidable que les ha hecho un desconocido?”. El hilo ha conseguido 1800 votos y 1500 historias divertidas.
Más información: Reddit
En mi país, cuando vas a comprar alcohol es necesario mostrar el DNI y más si piensan que tienes menos de 25 años.
Fui a comprar una botella de vino y el chico que estaba en el mostrador me pidió si podía ver mi identificación, le dije: “Eh, claro. Gracias, supongo”.
Cuando lo vio dijo: “Wow, ¿tienes 35 años? No tienes arrugas ni nada. Yo tengo 16 años y algunos de mis compañeros de la escuela parecen más mayores que tú”.
Esa situación fue bastante buena para mi ego :’).
Tuvimos el almuerzo de Navidad la semana pasada, y hablando con un compañero de trabajo me preguntó si tenía hijos. Le dije que sí y que tenía uno de 28 años.
Me respondió: “¡Santo cielo! Tu hijo es más viejo que tú”.
Un policía me preguntó dónde estaban los padres de mi hija y por qué estábamos solas. No tenía ninguna prueba para mostrarle que era mi hija, así que terminé mostrándole mis estrías. Se sintió muy avergonzado.
Llevaba varios meses yendo a una nueva peluquería. Un día, la peluquera me contó que iba a tener un bebé, así que la felicité y le dije que era más valiente que yo porque no quería tener hijos. Me dijo: “Puede que algún día cambies de opinión”. Le contesté: “Creo que con 42 años estoy bastante segura de que eso no va a pasar”. Me golpeó la cabeza con el cepillo (no muy fuerte), se rió y me dijo: “No tienes 42 años”. Así que tuve que sacar mi carnet de conducir para que lo viera. Me dijo que no tenía canas y tuve que explicarle que tengo el pelo como mi padre y que él recién empezó a tener canas a los 50 años. Sin duda alguna, el golpe con el cepillo de pelo fue bastante divertido.
“¿¡Qué te hace creer que puedes sentarte en la sala de profesores!? ¡¡¡Vuelve a clase inmediatamente!!!”.
Yo estaba con la cabeza agachada sobre una pila de exámenes sosteniendo un bolígrafo rojo con cara de Pikachu sorprendido. Para ser justos, yo tenía 22 años en ese momento, pero ella pensaba que tenía 12.
(El asunto no mejoró. Ahora tengo 27 años y SIEMPRE me piden una identificación cuando quiero comprar alcohol. ¿Cuál es la edad para beber aquí? 18 años).
A mí me pasó cuando estaba en un campo de golf con mi novio del colegio. Los dos teníamos 18 años y él me estaba enseñando a jugar. Un hombre de unos 60 años se acercó a mí, empezó a darme consejos como hacer un swing y luego me preguntó: “¿Tu padre y tú juegan muy seguido?”.
Ese hombre pensó que yo tenía como 12 años y que mi novio tenía 30. Fue una situación muy incómoda para todos.
Tenía 24 años y un bebé de 6 meses. Una cajera pensó que mi marido era mi padre.
En otra ocasión, salí con mi marido y mis hijas de 13 y 5 años y una persona pensó que éramos todas hermanas. Comenzó a elogiar a mi marido por ocuparse él solo de todas sus hijas y yo me morí de la risa, pero a él no le pareció tan gracioso porque yo tenía 36 años.
Ahora el tiempo me ha pasado factura, pero fue lindo mientras duró. Sin embargo, a veces, me siguen diciendo cosas como esas.
Fui a vacunarme contra la gripe mientras hacía compras con mi madre. La señora del mostrador le pidió a mi madre que firmara los formularios por mí porque pensaba que yo era menor de edad. Tenía 30 años.
Cuando tenía 24 años, una vez se me acercó un policía de una tienda y me acusó de haber faltado a la escuela. Había un colegio cerca y, al parecer, pensó que yo me había saltado las clases.
Cuando trabajaba en una cafetería, todos mis compañeros se sorprendieron al saber que ya me había casado y me decían: “A tan corta edad”.
Tenía 29 años.
Fui a un banco a solicitar mi tarjeta de crédito y me dijeron: “Lo sentimos, no está permitido que los menores de edad tengan su propia tarjeta de crédito. Tienes que tener un tutor como titular de la tarjeta”. Les dije: “Tienen mi cuenta corriente…”. Así que entendieron la indirecta, comprobaron mis datos y se dieron cuenta de que no era menor de edad. Tenía 25 años.
Tenía casi 30 años y una mujer mayor me dijo: “Bebés teniendo bebés”, mientras yo estaba con mis hijos en el área familiar del hospital.
Le dije: “No, pero gracias. Tengo casi 30 años”.
Me dijo: “¡Ay, lo siento!”.
Supongo que parezco una adolescente.
Estaba trabajando en una pizzería y teníamos un empleado nuevo que tenía 16 años (yo tenía 25 en ese momento). Estábamos charlando mientras hacíamos pizzas y no recuerdo bien lo que me dijo, pero mi respuesta fue algo así como: “Sí, fui a la escuela de gastronomía”, y me dijo: “No sé dónde está esa escuela, yo voy a *nombre de la secundaria de la zona*. ¿Ya te has graduado?”.
Y yo le contesté: “Me refiero a la escuela de gastronomía”, y me dice: “Ah, ninguno de mis amigos va a esa escuela”.
Por último le respondí: “Amigo, tengo 25 años. Te estoy contando que fui a una escuela de cocina”. Se quedó mirándome por un segundo y me dijo que pensaba que yo tenía 16 años.
Estaba trabajando en finanzas, vestida con una apariencia muy profesional y uno de los clientes que entró me dijo: “¿Tus padres saben que no estás en la escuela?”. No paraba decirme que no parecía ser lo suficientemente mayor como para trabajar allí y le parecía algo muy gracioso. En ese momento llevaba 5 años trabajando en finanzas. Sigue siendo el comentario más frustrante que he oído sobre mi edad.
Una chica a la que conocía desde hacía un año se enteró de que yo tenía 30, me miró muy sorprendida y me susurró: “Lady Bathory”…
¡¡¡Me lo tomé como un cumplido!!!
De camino a Florida, un oficial de la TSA estaba mirando mi boleto de embarque y me preguntó: “Mmm, ¿cuántos años tienes?”, insinuando que tal vez no tenía edad suficiente para volar sin un acompañante. Le dije que tenía 31 años y casi se cae. Sé que parezco más joven de lo que soy, pero 18 años menos es demasiado.
Pregunté en un grupo de maquillaje de Facebook si alguien me podía ayudar a parecer más mayor, ya que sentía que eso me frenaba en el trabajo. Alguien me contestó diciendo que debía dejar de quejarme por parecer joven y que estaría agradecida cuando tuviera 30 años. En ese momento yo tenía 34.
Una bartender me preguntó si tenía menos de 21 años.
Le respondí: “En realidad tengo 31, esta ha sido la segunda vez en 24 horas que alguien piensa que soy más joven… ¿Tal vez sea por culpa de mi mochila?”.
La otra bartender me dijo: “Pareces Dora”. Dora la exploradora.
Mi madre se rió mucho y yo dije “Ouch”. Desde ese momento ya no uso más esa mochila para actividades que no sean ir al parque de diversiones.
Tenía 28 años y acababa de comprar una casa y alguien me dijo que entendería mejor las cosas cuando fuera mayor. Amigo, ¿cuántos años crees que tengo? Resulta ser que pensaba que yo tenía 19 años.