Después de la agitación política y social levantada por su supuesto pacto con Junts per Catalunya, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha comparecido este mediodía desde la sede de su partido en la calle Ferraz de Madrid para comunicar «un dato que acabamos de conocer» y que «complica la investidura» justo cuando el asunto parecía encarrilado.
«Quería anunciarlo yo personalmente, creo que me toca a mí asumir la responsabilidad», ha empezado diciendo Sánchez, empleando un tono que llevaba a pensar que se avecinaba un auténtico acto de contrición por parte del político. «La persona con la que, tanto yo como mi equipo, hemos estado negociando, el que supuestamente era líder de Junts per Catalunya… bien, esa persona nunca fue el señor Puigdemont», ha explicado mientras seguían oyéndose gritos e improperios desde el exterior, lanzados por los indignados por la amnistía.
«El cómico Joaquín Reyes y el equipo de El Intermedio quisieron gastar una broma, o como quieran ustedes llamarla, que finalmente derivó en una clara afrenta para este Gobierno y para los intereses del país», ha dicho el socialista mirando al suelo, claramente avergonzado. «No cabe ahora entrar a discutir sobre los límites del humor. No me escudaré en ese tipo de digresiones. Yo soy responsable de estas negociaciones y pacté la amnistía y un acuerdo de legislatura con una persona que no era, cayendo en un engaño imprudente», ha agregado.
Sánchez no ha querido dejar de dirigirse «al auténtico Puigdemont», a quien ha afeado que «se haya quedado callado todo este tiempo» sabiendo que no era él quien se estaba reuniendo con los socialistas.
«Se equivocó de payaso», señalaba el diario El Mundo al cierre de la edición, tirando de sarcasmo.
Visto en: Mundo Today