“No sabía nada de los gatos hasta que empecé a hacerles fotos. Pensaba que eran bonitos. Sin embargo, cuando los observé realmente a través del visor, me di cuenta de que los gatos tienen emociones, y sus pelajes, actitudes, movimientos de la cola y expresiones faciales me hicieron ver la riqueza emocional que tienen.
Además, pensaba que los gatos eran criaturas solitarias, pero en la comunidad, los gatos tienen relaciones complicadas como las personas (como hermanos pero no se llevan bien, o son sociables y toman la iniciativa de saludar a todo el mundo). Al conocerlos, descubrí la ternura de su naturaleza interior y quise capturar ese momento”.