Bromas como estas debería haber a puñados. Ahora nos acosa un pajarito, que le llamamos pajarito por no llamarle tal lo que es, un pene.
Nos persigue, choca contra el puntero y se caga en nosotros en Arameo.
Diviértete con este “pajarito” y ya verás las risas que te vas a pasar si le gastas la broma a algún amigo.